María Santísima de la Trinidad Coronada permanecerá expuesta en devoto besamano el próximo viernes 21 de octubre con motivo del XXII aniversario de su coronación canónica. La dolorosa de Buiza recibirá a todos los devotos que quieran visitarla en esta jornada tan especial en un altar efímero instalado en la capilla de San Manuel González.
La iglesia parroquial de San Pablo permanecerá abierta durante toda la jornada de forma ininterrumpida entre las 09.00 y las 21.00 horas, y solo se pausará el acto del besamano durante el transcurso de las celebraciones religiosas de las 10.00, 19.00 y 20.00 horas.
A las 20.00 horas, la cofradía dedicará una solemne función religiosa en honor a su titular mariana presidida por el director espiritual de la hermandad, el Rvdo. P. D. José Manuel Llamas Fortes, y con el acompañamiento musical de Francisco Jesús Flores Matute al órgano.
El regreso de los besamanos
Tras más de 1.000 días desde la última vez, María Santísima de la Trinidad Coronada volverá a extender su mano a los devotos para que puedan besarla como muestra de devoción y amor incondicional. Esta forma de oración que marcan nuestras reglas estatuarias se vio obligada a ser suspendida con motivo de la crisis sanitaria de la COVID-19 que azotó a la humanidad desde principios del año 2020.
La última vez que la Virgen de la Trinidad estuvo expuesta en devoto besamano fue el 21 de octubre de 2019 en la conmemoración del XIX aniversario de su coronación canónica. Tres años después, y siendo conscientes de la baja incidencia por COVID-19, la hermandad ha decidido recuperar el besamano para que aquellos devotos que lo deseen puedan besar la divina mano de nuestra sagrada titular.
Los besamanos o besapiés son una costumbre que adoptó la Iglesia y las cofradías para acercar a las imágenes al pueblo. El primer besamanos del que existe constancia fue celebrado en el año 1925 a la titular mariana de la hermandad de la Macarena de Sevilla en el día de su festividad, el 18 de diciembre. Tal fue el éxito de esta celebración, que el resto de hermandades la imitaron y se fue extendiendo al resto de provincias andaluzas hasta convertirse en una tradición más de nuestras cofradías.