Una vez terminado el proceso electoral, con la proclamación de la candidatura por parte del Obispado de Málaga y jurados los correspondientes cargos, os escribo estas palabras para agradecer vuestra colaboración y buen hacer. De todos nosotros depende esta cofradía y por eso vuestra participación es fundamental.
Quiero que estas primeras líneas, y hablo en nombre de todos los que conformamos la comisión permanente, sean de agradecimiento hacia vosotros que habéis participado en este proceso electoral que, aunque es necesario por estatutos, debe quedar en un mero paso más en la vida de esta institución y ser el precedente de los nuevos pasos que debemos dar por el presente y futuro de nuestra cofradía. Un presente en el que crear unidos unos cimientos firmes que sirvan como basamento para los que han de venir.
Todos somos, como su propio nombre indica, una cofradía, la unión de hermanos y hermanas que se hacen uno solo bajo la protección de las manos de Jesús Cautivo y el eterno consuelo de María Santísima de la Trinidad. Todos y cada uno de los hermanos de esta corporación somos necesarios para conseguir la unión perfecta que significa ser una hermandad.
Esta es tu casa y la de todos. No queremos que te sientas un extraño o que solo la veas como un lugar al que acudir en época de repartos u ocasiones puntuales. Queremos que nuestra casa de hermandad sea el punto de encuentro donde personas como tú trabajan durante todo el año, para alcanzar la mayor satisfacción en esas fechas especiales que siempre tenemos presentes: nuestros cultos cuaresmales, nuestra Misa del Alba, los traslados, la solemnidad de la Santísima Trinidad y, en especial, nuestra estación de penitencia de cada Lunes Santo.
El sueño de uno solo puede que quede en un anhelo, pero el sueño de todos unidos siempre acaba por convertirse en una realidad. Por ello, juntos trabajaremos para que todos puedan sentirse parte de esta hermandad, que es la nuestra y la de todos. De nada serviría alcanzar ese deseado proyecto de casa de hermandad si no es para que rebose de vida con la presencia de los hermanos que formamos esta corporación.
Pero antes de seguir avanzando, es justo y necesario dar las gracias al hermano mayor, comisión ejecutiva y junta de gobierno saliente, que dieron el paso al frente en unos momentos difíciles para hacerse cargo de la cofradía y llevarla hasta nuestros días. Muchos han sido los logros conseguidos en momentos tan complicados como los que hemos vivido en una pandemia que aún nos azota.
Hermanos del Cautivo y de la Trinidad, es el momento de afrontar este nuevo reto y que juntos busquemos el amanecer de un nuevo alba. Que Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad Coronada os guíen y protejan siempre.
Mario Ortega Rodríguez
Hermano mayor